Forman Alcaldes panistas frente común contra violencia familiar
Por Marcela Cortés
Crean Margarita, Pedro y Víctor el Programa “Una Familia de Diez”
Con un total de diez acciones, los Municipios de Monterrey, San Nicolás y Santa Catarina, buscarán disminuir las incidencias de violencia familiar en dichos Ayuntamientos.
En coordinación con la organización Alternativas Pacíficas A.C., los Ediles Margarita Arellanes Cervantes, Pedro Salgado Almaguer y Víctor Pérez Díaz, de Monterrey, San Nicolás y Santa Catarina respectivamente, anunciaron la creación del Programa “Una Familia de Diez”.
Durante la presentación del programa, Alejandra Vela, representante de Alternativas Pacíficas, informó que la Procuraduría de Justicia en el Estado reportó en el 2010 siete mil 910 casos de violencia familiar; en el 2011 ocho mil 744 casos y en el 2012 se incrementó a nueve mil 979.
Por lo que la Alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, comentó que este programa pretende disminuir las cifras de dicho delito y buscar entornos familiares más saludables.
“Este programa va encaminado a asistir directamente a las colonias y a trabajar socialmente haciendo ese trabajo preventivo para poder evitar que esto suceda y para también generar la conciencia de que si estás viviendo un entorno de violencia intrafamiliar, que puedas pedir apoyo”, informó la Alcaldesa regiomontana.
El Alcalde de San Nicolás expresó que las soluciones darán mejor resultado si se trabaja en conjunto, y aunque los delitos en este municipio han venido hasta un 30 por ciento a la baja, en relación con el año 2012, en todos los municipios existen delitos que no se han podido disminuir, que son los delitos del orden social como la violencia familiar, lesiones o violaciones.
“El 99 por ciento de estos delitos se cometen de la puerta de las casas hacia dentro, en San Nicolás hemos detectado que tienen dos comunes denominadores, que son la desintegración familiar y el exceso en el consumo del alcohol.
“La solución a esto no es más policías o más patrullas, esto es una cuestión social y como tal debemos atacarla con un frente común; ver cuáles son las causas y los motivos, para poder implementar programas interrelacionados”, explicó el Edil nicolaíta.
Por su parte, el Alcalde de Santa Catarina, Víctor Pérez Díaz, mencionó que a partir del mes de marzo en dicho Ayuntamiento ya se contará con un espacio para que las personas que sufran de violencia familiar puedan acercarse y tener el apoyo necesario.
Los Ediles coincidieron al señalar que se buscará privilegiar, en cada uno de los casos, el diálogo y la conciliación entre los involucrados en esta problemática de carácter social.
Dicho programa contempla la aplicación de diez acciones que serán:
1.- Realizar mesas de trabajo entre los Alcaldes, para establecer líneas de acción en la prevención del delito y violencia familiar y darle seguimiento a las mismas.
2.- Crear una “Orden de Protección”; un mandato expedido por un tribunal, en el cual se dicten medidas a una persona para que se abstenga de incurrir o llevar a cabo determinados actos o conductas de violencia familiar, para proteger así a la persona a la que se le ha hecho el daño.
3.- Crear grupos de asistencia social con voluntariado, para que le den puntual desarrollo y seguimiento a todos los programas y actividades.
4.- Promover programas y actividades dirigidos a modificar comportamientos individuales que aumenten el riesgo a desarrollar comportamiento violento en jóvenes y adultos, mediante la educación formal y comunitaria.
5.- Proveer servicios terapéuticos y grupos de apoyo a personas que han cometido actos violentos para fomentar la rehabilitación.
6.- Proveer cursos de educación formal a profesionales y proveedores de servicios, sobre cómo implantar guías y protocolos de intervención con víctimas y agresores.
7.- Dentro de los programas como el PAC y Línea Directa implementar un módulo específicamente para recibir denuncias de violencia familiar, así como apoyo psicológico o asesorías.
8.- Identificar los centros comunitarios de cada municipio (si no existen, generarlos) y establecer programas para desarrollar aptitudes sociales que contribuyan a fomentar las buenas prácticas, crianza y disciplina, valores y desarrollo de destrezas para controlar emociones y manejo de conflictos en adolescentes y adultos.
9.- Incrementar los programas de prevención de pandillerismo y adicciones.
10.- Reforzar los servicios de atención a víctimas, integrando apoyo, seguimiento, rehabilitación a víctimas y familiares.