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EDITORIAL XV

La llegada del mes de Diciembre va a traer una serie de movimientos de tipo político en muchas dependencias, organismos y Poderes del Estado, en virtud de que se presentará el clásico “chapulineo” entre aquellos que buscarán competir en los próximos comicios.

Ya se ha dado cuenta en diversos medios de comunicación, de quiénes serían los posibles funcionarios que actualmente se encuentran en la nómina municipal y estatal, así como aquellos representantes de elección popular que suspiran por otros cargos en el 2012.

Sin embargo, después de los sucesos que han marcado este 2011, la confianza de la ciudadanía entre aquellos que pretenden aparecer en las boletas en el próximo año, no está muy firme que digamos.

Trátese de aspirantes panistas o priistas, los nuevoleoneses no están del todo conforme con la actuación que hasta ahorita han tenido en sus actuales funciones. Claro, que uno que otro se salva, en virtud del trabajo positivo que ha presentado a lo largo de dos años.

Pero el sentir general de una comunidad decepcionada por sus gobernantes es el de total desaprobación, y aquí no están exentos los gobiernos del PRI y mucho menos del PAN.

Los escándalos de Jonás Larrazábal Bretón y de lo acontecido en el Casino Royale, hicieron que se perdiera aún más la confianza entre la sociedad de Nuevo León.

Nunca como ahora los ciudadanos, medios e iniciativa privada, han mostrado una interesante unidad en torno al pésimo manejo que se han dado a los casos más sonados de corrupción e impunidad.

No será nada fácil para los próximos candidatos el convencer al electorado de que son una opción positiva para tratar de mejorar la calidad de vida de su comunidad.

La cuestión de la inseguridad es un punto que ha lastimado a los nuevoleoneses de una manera muy profunda y eso provocará enormes cambios en diversos municipios del área metropolitana, aunado al gran abstencionismo que se presentará tal vez en los próximos comicios.

La gente ya está cansada de falsas promesas, de los chantajes, de las hipocresías de los políticos que con una sonrisa o una despensa esperan lograr el voto anhelado.

Algo que pudiera ocurrir en el 2012, cuando también se elija al próximo Presidente de México, es que la llamada clase media se decida a ejercer su derecho constitucional y salga a emitir su sufragio, un sufragio que puede provocar un fuerte dolor de cabeza a los grandes partidos políticos.

Hasta nuestros tiempos el abstencionismo siempre ha sido el gran vencedor de las elecciones, los que salen a votar son aquellos que forman partes de las mentadas “estructuras” que trabajan durante meses los “ambiciosos de la política”, los “dueños del poder”.

Sin embargo, la inseguridad padecida en Nuevo León desde hace años, en estos últimos meses ha tocado fondo y perjudicado el seno de miles de familias de nuestra comunidad, cuyos integrantes están dolidos, hartos, decepcionados de ver que no tenemos un liderazgo político ni de autoridad que pueda devolver algo de tranquilidad a lo que fue nuestro bello Estado. Un Estado que no dejábamos de presumir ante nuestros hermanos de otras entidades; Nuevo León era un lugar de paz y progreso y pasó a convertirse en una comunidad controlada por los delincuentes.

A esto se van a enfrentar los futuros candidatos; como ven, no la tendrán nada fácil, a menos que el fantasma de las negociaciones surja entre los políticos como en el 2009.

LIC. RAUL CARRIZALES GONZALEZ

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