Utilizan candidatos debate para demeritar a sus adversarios
Por Zulema Guerrero
Transcurre ejercicio democrático sin propuestas contundentes
El tercer debate presidencial volvió a ser el escenario ideal para los candidatos para lanzar comentarios contra sus contrincantes, con el afán de perjudicar sus campañas y en consecuencia la intención del voto para el próximo primero de julio.
Este último debate de los candidatos a la Presidencia de la República, organizado por el INE, se llevó a cabo en el Gran Museo del Mundo Maya, donde estuvieron presentes los cuatro abanderados, que aún quedan en esta contienda electoral.
Jaime Rodríguez Calderón, José Antonio Meade, Ricardo Anaya Cortés y Andrés Manuel López Obrador, debatieron temas relacionados a la economía y desarrollo del país. Las preguntas que se hicieron en el evento surgieron a raíz de una consulta pública en redes sociales.
Los participantes hicieron referencia a sus pasados políticos, prácticas en puestos públicos, relaciones familiares y amistosas, etc.
El primero en hacer uso de la palabra fue Ricardo Anaya, quien dijo ha sido víctima de la guerra sucia, tras haber declarado que combatiría la corrupción e investigaría a Enrique Peña Nieto.
Andrés Manuel por su parte, aprovechó para dejar en claro que va a erradicar la corrupción porque es la única forma de acabar con la pobreza, inseguridad, desigualdad social y económica del País.
En tanto, José Antonio Meade aprovechó su mensaje inicial para desearle suerte a la Selección Mexicana de Fútbol, de frente al Mundial de Rusia 2018.
Jaime Rodríguez dijo que lo primero que hará para terminar con la pobreza, sería quitar a todos lo flojos del Gobierno, incluyendo a la “tercia maldita”, refiriéndose a sus contrincantes a la Presidencia.
Los candidatos fueron cuestionados sobre la educación, en particular la reforma educativa. En tal cuestionamiento no pudieron faltar las alusiones sobre la relación de López Obrador con Elba Esther Gordillo, de las cuales el tabasqueño no dio más detalle, sólo dijo estar en favor de la evaluación docente, más no de que se utilice para humillar maestros.
En el tema de desempleo, Meade se dedicó a hacer énfasis en que López Obrador sólo es un destructor de empleo, ya que dijo, fue el gobernante más corrupto de la Ciudad de México.
Al ser cuestionados sobre la aplicación, creación o eliminación de programas sociales, Rodríguez Calderón hizo hincapié en la idea de Andrés Manuel de “mantener a todos”, y dijo que se puede dar beneficio pero poniendo a “jalar” al que busque beneficio.
Anaya, también hizo uso de su tiempo para señalar a López Obrador de pactar con Peña Nieto y perdonarle sus actos de corrupción; y acusó a Meade y al actual gobierno de la guerra sucia en su contra.
Meade, no perdió el tiempo y también señaló a López Obrador de querer quitar el Seguro Popular, y él traer a su médico desde Miami para sus chequeos quincenales.
Ante las declaraciones de Anaya, el tabasqueño que no ha visto a Enrique Peña Nieto en seis años, y que así como no metería a Peña Nieto a la cárcel, tampoco a él, sólo aplicaría la justicia.
En su mensaje final, López Obrador dijo que en el País han ocurrido tres transformaciones y él va por la cuarta, una donde no exista la “mafia del poder”, invitando a la gente a participar y sacar a México del retraso.
Rodríguez Calderón pidió a los ciudadanos decidirse a jubilar a sus contrincantes pero sin pensión, ya que dijo son lo mismo, e invitó a votar independiente.
Meade por su parte, pidió el voto de confianza a los mexicanos, y les ofreció mejores empleos y mejor pagados, como parte de su obligación para mejorar a México.
Por último, Anaya dijo que México no quiere saber del PRI ni de López Obrador, e invitó a la población a transformar su enojo en esperanza, y la esperanza en felicidad, para cambiar el País.
En conclusión y como ya es costumbre, degradar el trabajo del otro, de sus partidos y militantes, fue parte fundamental de este debate. Pocas propuestas, y demeritar las de los otros, así fluyó el último debate organizado por el Instituto Nacional Electoral.