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EDITORIAL VI

Las encuestas recién publicadas en el periódico El Norte, realmente calaron muy hondo en el ánimo de aquellos que no se vieron favorecidos con las mismas e hicieron que muchos se pusieran en alerta ante lo que puede ser una catástrofe electoral.

Inclusive algunos de los “afectados” decidieron acelerar sus acciones entre la comunidad para tratar de revertir los resultados que les fueron totalmente adversos.

Había aspirantes del PAN sentían que tenían la candidatura en la bolsa, pero ante estos acontecimientos, ya se empezaron a manejar los famosos “Plan B”, mismos que resultarían muy perturbadores, sobre todo, para el caso de Monterrey.

En el resto de los municipios, aunque ciertos políticos creen estar en la preferencia de los ciudadanos, gracias a la labor de “mercadotecnia” que realizan algunos columnistas, la situación no pasa a mayores. Es decir, las encuestas no están nada alejadas de la realidad, ilusos aquellos que sueñan con hacer realidad sus aspiraciones políticas, aún cuando no se tengan los méritos suficientes para ello.

Nuevo León y sus ciudadanos necesitan candidatos que realmente tengan una vocación de servir desde el puesto público al que aspiran llegar. Se acabaron, al menos en el PAN, las políticas de designar al compadre o al amigo.

La indicación del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, en ese sentido, quedó muy clara, el mensaje fue recibido por el dirigente nacional y así se llevarán a cabo los procesos selectivos. En otras palabras, ya nadie está seguro en estos momentos en lo que pretendían para el 2012.

La lección recibida hace apenas unos días por parte de los albiazules fue aterradora, la maquinaria priista entró en funcionamiento y barrió prácticamente con el panismo en las elecciones estatales recién celebradas.

Por lo que hace al PRI, las cosas pintan diferente, prácticamente no existe mucha falla entre los aspirantes a las alcaldías del área metropolitana.

De que las encuestas pesan, no hay duda de ello, sobre todo cuando son contrarias, aunque muchos por conveniencia, no les harán demasiado caso, lo cierto es que las luces de alerta están encendidas en las sedes estatal y nacional del PAN.

En el PRI, es cuestión de aplacar a algunos acelerados que se sienten merecedores del poder que da una alcaldía, a estos se les identifica muy fácil porque pecan de soberbios. ¿Ya saben de quiénes hablo? Que bueno, porque esos no serán los elegidos.

LIC. RAUL CARRIZALES GONZALEZ

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