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EDITORIAL IX

La propuesta de la Fracción Legislativa del PRI en el Congreso Local, respecto al aumento de las sanciones para los menores de edad que incurran en infracciones relacionadas con los delitos graves, va a traer una serie de discusiones y consecuencias que se pudieran aprovechar para sacar una ventaja de tipo electoral.

Aunque los Alcaldes de San Nicolás y San Pedro tienen como propuesta que se reduzca la edad penal, la ciudadanía tendrá que ser participativa en este acontecimiento y exponer sus propios argumentos y determinar si están de acuerdo con una u otra medida.

Esperemos que los actores políticos de estas discusiones y mesas de trabajo se comporten de una manera seria y busquen la mejor alternativa para tratar de controlar el problema de los menores en acciones delictivas que por ley, no pueden ser castigados por un tiempo mayor a los 5 años de prisión.

El fenómeno de la participación de esta parte de la sociedad en la violencia que actualmente afecta a la entidad, ha llamado poderosamente la atención de la comunidad en general, ya que se aprovechan las sanciones mínimas que existen para los menores y con ello, la actividad delictiva se va manejando de una manera en que aquellos que infrinjan las leyes vigentes, no reciban un castigo severo, aprovechando obviamente estas circunstancias.

Las propuestas son serias, sin embargo, lo que daría un retroceso al objetivo que se persigue con las mismas, es que le dieran una connotación meramente política.

Nuestros legisladores, Alcaldes, organismos no gubernamentales, entre otros, deberán de ser muy cuidadosos del tema a tratar en cuanto a los castigos para los menores de edad.

Tiene que verse, desde luego, el aspecto de la prevención y sobre todo, de la rehabilitación de aquellos que incurran en estos hechos considerados como graves y que tanto lastiman a la sociedad en general.

No es un tema fácil, se requiere de mucha paciencia, estudio, análisis y dedicación para encontrar una verdadera solución a este problemática. Por lo mismo, se requiere que la participación de todos sea lo más centrada y sin el ánimo de sacar determinado provecho.

Urge que como sociedad aprendamos a ser unida en los momentos difíciles. Si como mayores no podemos entender esta situación, ¿cómo esperar rehabilitar a los menores de edad que llegan a caer en las redes de la delincuencia?

 

LIC. RAUL CARRIZALES GONZALEZ

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